El Catecismo de la Iglesia Católica define la sabiduría como un don espiritual que nos capacita para conocer el propósito y el plan de Dios — el propósito, de manera que podamos conocer la meta, y el plan de Dios, para poder saber cómo Él llegó allí. En el Antiguo Testamento, especialmente en el libro Eclesiástico, la sabiduría es tratada como una persona. En una bella profecía, la persona tiene las características del Hijo y del Espíritu Santo.

La mayoría de nosotros conoce personas que son sabias. Personas que ven todos los aspectos de un problema. Conocen el orden correcto en el cual manejar esos aspectos y la manera correcta de aproximarse a cada uno de ellos. Jesús es un ejemplo perfecto, y las lecturas del Evangelio de esta semana muestran algunas de esas maneras. El demostró su sabiduría.

Por ejemplo, cuando Él escoge decirles a los discípulos que Él iba a sufrir, Él no se los dice en territorio judío, en el medio de los días más ocupados de su ministerio. El los lleva lejos de las multitudes. Provee el tiempo y el lugar que podría ser el mejor para ayudarlos a procesar y digerir esta noticia. Eso fue sabiduría.

Jesús también conocía que el ejemplo o una imagen ayudaría a la audiencia a captar su punto. Así, cuando los apóstoles discutían acerca de quién era el más grande, Él colocó a un niño en medio de ellos para enseñarles lo que era ser pequeño y dependiente, y les dijo: “Cualquiera que recibe un niño como este en mi nombre me recibe a mí.”

El concepto de sabiduría también puede ayudar a resolver la aparente contradicción entre Marcos 9:40, que oímos esta semana, “El que no está contra nosotros, está a nuestro favor.” — y Mateo 12:30, “El que no está conmigo esta contra mí”. ¿Cómo pueden ambas aserciones ser verdad?

Si usted entiende que la calidad moral de una acción está determinada por su objeto, intención y circunstancias, esto se hace obvio: El mismo objeto, con diferentes intenciones o bajo diferentes circunstancias, puede tener un estatus moral diferente. Así Jesús dice en el evangelio de San Marcos: “En esta etapa de mi ministerio, bajo estas circunstancias, el que no está contra nosotros está a nuestro favor” Y en el evangelio de San Mateo, él dice: “En esta etapa, bajo estas circunstancias, el que no está conmigo está contra mí.” Una vez más, esto es sabiduría. Jesús ve todos los aspectos de la situación — objeto, intención y circunstancias — y responde en consecuencia.

A medida que se aproxima la Cuaresma, pregúntese a sí mismo: 1) De todas las cosas en mi vida que podría abordar durante la Cuaresma para mi crecimiento en la fe, ¿en cuál me debo enfocar primero? 2) De las muchas maneras que podría abordar este punto — por ejemplo, renunciar a algunas cosas o añadir disciplinas espirituales a mi vida — ¿Cuál es la mejor manera de abordarlas?

La sabiduría no es solo un bello tema bíblico, puede ayudarnos a prepararnos para la temporada de Cuaresma. No perdamos esta oportunidad.