En las lecturas de la Misa de esta semana, escuchamos acerca de Salomón como sucesor de David, el rey de Israel.

Me hace pensar en un tipo diferente de planificación de la sucesión.

Solía suceder que las parroquias y las escuelas se perpetuaban por el simple hecho de nacer. La multiplicación física fue suficiente para mantenernos en marcha y creciendo.

Ese ya no es el caso. Si vamos a crecer ahora, necesitamos crecer por medio de la multiplicación espiritual. De eso se ha tratado nuestro enfoque reciente en la evangelización.

Naturalmente surgen preguntas: ¿Qué significa evangelización? ¿Cómo crecemos por medio de la multiplicación espiritual?

Tenemos que seguir explorando eso desde varios ángulos. Por ahora, centrémonos en un aspecto.

Una de las claves de la evangelización para nosotros, en este momento de la historia de la arquidiócesis de St Luis, es pasar de un enfoque en la cantidad a un enfoque en la calidad de la interacción. ¿Qué quiero decir con eso?

Las lecturas de esta semana nos dan una idea clave. En términos más simples, nos animan, una y otra vez, a “aprovechar la ocasión”.

Por ejemplo, el 2 de febrero celebramos la fiesta de la Presentación, cuando Jesús fue presentado en el templo como un bebé. Simeón “aprovechó la ocasión” para proclamar la verdad acerca de Jesús, haciéndole saber a la gente que Él era la salvación prometida por Dios. Ana “aprovechó la ocasión” para proclamar la verdad acerca de este niño “a todos los que esperaban la redención de Jerusalén” (Lucas 2:38). ¡Entiendan que esto no fue después de que Jesús hubiera realizado alguna obra poderosa! Fue antes de que la gente viera las obras de Dios en Él. Date cuenta, también, de que la verdad no fue todo sol y rosas. Simeón también dijo que una espada atravesaría el corazón de María y que Jesús sería un signo de contradicción.

Del mismo modo, durante toda la semana, Jesús “aprovecha la ocasión” para dar a conocer alguna verdad sobre el Reino. Cura al endemoniado Geraseno, que proclama el poder de Jesús sobre el enemigo de la humanidad. Le dice a la mujer con hemorragias que su fe la ha sanado. Confronta a la gente de Nazaret con su falta de fe. A cada paso vemos a Jesús aprovechar la ocasión para anunciar el Reino de Dios de una forma u otra.

Finalmente, escuchamos esta semana acerca de cómo Jesús envió a los apóstoles a la misión. Puedes apostar que “aprovecharon la ocasión” para anunciar la verdad acerca de Jesús y Su Reino. Estaban ocupados en la multiplicación espiritual.

¿Podemos seguir su ejemplo?

Aquí hay una distinción más que puede ayudarnos: no tenemos que hacer la ocasión, simplemente tenemos que aprovechar la ocasión. Dios el Padre hace las ocasiones para que proclamemos quién es Jesús y lo que Él ha hecho por nosotros. Nuestro trabajo es reconocer y aprovechar la ocasión tal y como se ofrece.

Ese es un elemento clave de la planificación de la sucesión para nuestras parroquias y escuelas hoy en día. Jesús nos está enviando a la misión. Es una misión de multiplicación espiritual. La multiplicación espiritual requiere que aprovechemos la ocasión para proclamar la verdad acerca de Jesús. Si plantamos esa semilla, Él la hará crecer. La cantidad seguirá a la calidad.