¿Cómo usamos el tiempo?

Lo pregunto porque la Iglesia hace un cambio importante esta semana, y tiene la intención de ser instructivo.

La mayoría de la gente sabe que hay cuatro semanas de Adviento. No todo el mundo se da cuenta de que no importa dónde estemos en esas cuatro semanas, la Iglesia cambia de marcha a partir del 17 de diciembre. Los últimos siete días antes de la víspera de Navidad son un tiempo especial de preparación espiritual.

Lo mismo ocurre con la Cuaresma. La Pascua no se basa en el calendario secular. Si lo fuera, ¡la Pascua sería en la misma época todos los años! La Pascua se establece en función del equinoccio de primavera y la luna llena. Entonces la Cuaresma se establece como un tiempo de preparación antes de eso.

¿Cuál es la lección? Para la Iglesia, todo está organizado en torno a la vida de Jesús. Independientemente de lo que pueda estar sucediendo, la Iglesia establece los ritmos del tiempo sobre la base del lugar de Jesús en su vida. Y ese es el desafío para cada uno de nosotros: hacer de nuestro año, nuestra semana, nuestro fin de semana y nuestro día algo que se organice en torno a Jesús.

La fe nos desafía, no te límites a incluir a Jesús en tu calendario. Más bien, pon a Jesús en primer lugar y organiza todo lo demás en torno a Él. Esta semana hacemos ese cambio en el calendario litúrgico. Esforcémonos por hacer ese cambio en nuestras vidas.

¿Crees que Dios actúa en la historia?

Los profetas Jeremías e Isaías nos hablan esta semana del Éxodo, del regreso del exilio y de la Encarnación como puntos de intervención de Dios en la historia.

Pero varias otras lecturas de esta semana hablan de pequeños actos personales a través de los cuales Dios obró en la historia. El “sí” de José; el “sí” de la madre de Sansón; el “sí” de Zacarías e Isabel (¡más sobre eso despues!); el “sí” de María; el “sí” de Ana cuando dedicó a Samuel al Señor. El Salmo 24 capta la postura espiritual de estas personas: “Que entre el Señor; Él es el rey de la gloria”. Cada una de estas personas deja que el Señor entre en sus vidas y dé forma a la historia a través de su “sí” individual. Ahora, el Señor pide nuestro “sí” diario, para que Él pueda volver a dar forma a la historia a través de nosotros.

¿Puede la misma palabra significar cosas diferentes?

¿Cómo? - Esa palabra es pronunciada tres veces por tres personas de tres maneras diferentes en las lecturas de esta semana.

El ángel Gabriel le dice a Zacarías que Isabel dará a luz al precursor del Señor. Zacarías pregunta: “¿Cómo puede ser esto?” Pero su “cómo” está arraigado en el escepticismo. El ángel, como espíritu puro, no solo escucha la palabra, sino que también ve la actitud detrás de ella y responde en consecuencia.

El ángel Gabriel le dice a María que está invitada a ser la madre del Señor. Ella pregunta: “¿Cómo puede ser esto?” Pero su “cómo” está enraizado en la modestia y la docilidad. El ángel escucha su palabra, ve su actitud y responde en consecuencia.

Finalmente, cuando María visita a Isabel, Isabel pregunta: “¿Cómo me sucede a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?” Su “cómo” es una expresión de gratitud y asombro, y María responde en consecuencia.

Sabemos por experiencia propia que una misma palabra puede significar cosas diferentes dependiendo de cómo se diga. Lo mismo es cierto a nivel espiritual.

Así que, mientras le deseamos a la gente una Feliz Navidad esta semana, trabajemos para llenar esas palabras con una actitud de asombro y admiración. Nosotros mismos sentiremos la diferencia, ¡y la otra gente también!