Al empezar esta semana, y por el resto de la Cuaresma, como parte de nuestro proceso pastoral, les estoy pidiendo a tantas personas como sea posible, completar la encuesta Índice Creador de Discípulos (The Disciple Maker Index). Puedes encontrarla en el sitio web “All Things New” en allthingsnew.archstl.org bajo la pestaña “Ways to Engage”.

Te llevara un promedio de 10 a 15 minutos en completar la encuesta. Provee algunas categorías que nos ayudarán a ser honestos con nosotros mismos acerca de nuestra vida de fe, y algunas categorías que nos ayudarán a ser honestos acerca de nuestras parroquias y como lo están haciendo para ayudarnos a vivir una vida de fe. Le estoy pidiendo a tantas personas como sea posible completar la encuesta porque la combinación de resultados cuantitativos y cualitativos que recibimos de ella nos ayudará a darle forma a la conversación sobre la planificación pastoral que llevamos a cabo.

Permíteme ser claro: ¡Los datos de la encuesta no reemplazaran la conversación! La conversación continuará, especialmente a través de todas las sesiones de escucha que tendrán lugar en todas las parroquias de la Arquidiócesis en Octubre y Noviembre de 2022. Sin embargo, los resultados de la encuesta proveerán una imagen de donde estamos, tanto individual como comunitariamente. Cualquier plan de ejercicios necesita comenzar con un sentido real de donde está la persona. De la misma manera, un plan pastoral necesita comenzar con un sentido real de donde estamos. Y “donde estamos” no es solo una cuestión financiera o demográfica — ya esos datos los tenemos. Es también acerca de donde están nuestros corazones y nuestras mentes. Es importante incluir esos factores de corazón en nuestra conversación.

Las lecturas de esta semana nos dan un marco perfecto para esta solicitud. La primera línea de la primera lectura de la semana narra cuando Dios le dice a los Israelitas: “Deben ser santos porque Yo, el Señor tu Dios, soy santo”. Y en la última línea de la última lectura de la semana Jesús dice: “Así que sean perfectos, ya que su Padre celestial es perfecto”. Ese es el camino del discipulado — es el camino a la perfección.

¡Por supuesto, la mayoría de nosotros todavía no lo somos! Y así, para animarnos, la semana está cargada con ejemplos de los discípulos imperfectos.

Esta semana escucharemos acerca del profeta Isaías. Cuando él tuvo la visión que comenzó su llamada profética, respondió: “Ay de mí, ¡estoy condenado! Porque soy un hombre de labios impuros” ¡La mayoría de nosotros puede compartir ese sentido de indignidad!

Esta semana oiremos acerca del profeta Jonás. Nuestra introducción a él está en la línea siguiente: “La palabra del Señor vino a Jonás una segunda vez”. Esto nos recuerda, que tuvo que venir a él una segunda vez, ¡porque la primera vez echó a correr! La mayoría de nosotros puede compartir ese sentido de necesitar una segunda oportunidad.

Esta semana escucharemos acerca de la Reina Ester. La introducción a su historia nos cuenta: “La Reina Ester estaba presa de una angustia mortal…” ¡Ella estaba temerosa del papel que se le pedía desempeñar en los planes de Dios! La mayoría de nosotros podemos entender esa sensación de miedo.

Cada uno de ellos, sin embargo — Isaías, Jonás y Ester — recibieron la invitación, justo en medio de sus imperfecciones, a hacer una contribución vital a los planes de Dios para Su pueblo. Un sentido honesto de sus imperfecciones no los detuvo, y no debería detenernos a nosotros. Algunas veces, con mucho entusiasmo, y otras veces a regañadientes, cada uno de ellos dijo, “Aquí estoy… ¡Envíame!”. Espero y rezo porque todos podamos hacer lo mismo.