El lunes de esta semana (el 18 de enero), celebramos el Día de Martin Luther King Jr., y el viernes (el 22 de enero) el Día de la Oración por la Protección Legal de los Niños no Nacidos.

Me uno a aquellos que elevan sus voces de protesta contra el aborto. Doy las gracias a aquellos que extienden su mano para ayudar a las madres embarazadas y a los niños necesitados para que tengan a su alcance mejores opciones. Me dirijo a aquellas que han tenido abortos, para ofrecerles la misericordia y la sanación de Jesús. Desafío a los que piensan que el aborto está bien: podemos hacerlo mejor por las mujeres, los niños y la sociedad.

También quiero articular una conexión disponible — quizás inclusive obvia — para aquellos que piensan en las categorías de la Enseñanza Social Católica, pero parece escapar a aquellos que solo piensan en términos políticos. De acuerdo con la lógica de la política americana, los asuntos provida y raciales están divididos: uno les concierne a los republicanos, y el otro les concierne a los demócratas. Sin embargo, de acuerdo con la Enseñanza Social Católica, los asuntos provida y los raciales están unidos bajo una misma bandera: la dignidad de la persona humana.

No quiero que se me malinterprete, permítanme ser claro: No estoy planteando un argumento de “un traje sin costuras”, como si no hubiese distinciones entre racismo y aborto. Los teólogos morales están en lo correcto cuando nos advierten contra la falacia de la equivalencia moral. Tanto la eliminación directa de un millón de vidas en el seno cada año como el socavamiento prolongado de la dignidad humana por el racismo sistémico están mal; pero la falta de cada uno implica importantes distinciones morales.

Permítanme también ser claro acerca de eso: si el aborto está mal porque se debe mantener la dignidad humana, y si las vidas de los más vulnerables deben ser protegidas por la ley, en la práctica, en la política y a través de servicios, entonces esas mismas protecciones deben extenderse a aquellos cuyas vidas son vulnerables por causa de su raza.

Utilizando la misma lógica es imposible mantener que el racismo es una violación de la dignidad humana (¡que lo es!) y que el aborto es bueno. Si se debe defender la dignidad de cada persona (¡y así debe ser!), y si los sistemas deben cambiar para defender esa dignidad (¡y así debería ser!), eso se aplica tanto a los asuntos raciales como a los asuntos de los no nacidos. Mientras las leyes y las practicas americanas puedan tomar una clase completa de personas, bien sean de raza negra o inmigrantes o no nacidos, y decir “esas vidas no importan”, no podemos sorprendernos cuando otra clase de personas sean tratadas de la misma manera. Los asuntos se mantienen o caen juntos.

Missouri es conocido como uno de los principales estados provida en la nación. Estoy profundamente agradecido con todos aquellos que han trabajado para que eso sea así. Hemos alcanzado y mantenido ese reconocimiento por nuestro enfoque combinado de la legislación del aborto y del servicio generoso a las madres y niños vulnerables. Cuando se trata de asuntos de la vida, Missouri le ha demostrado a la nación: podemos hacerlo mejor, ¡podemos hacer ambas cosas!

No hay razón por la que no podamos llevar a cabo el mismo enfoque a las vidas que son vulnerables por su raza y por el racismo sistémico.

No soy ingenuo — No pienso que eso será algo simple. Tengo muchas esperanzas — pienso que la lógica inherente de la dignidad humana enlaza estos temas, tal como lo hace el calendario de esta semana.

Cuando se trata de asuntos provida y de raza, la política americana es una casa dividida. Este es el momento para nuevos odres políticos. Lo podemos hacer mejor. Podemos hacer ambas cosas.