Lanzamos con emoción ¡y también con algo de temor! el sitio web “All Things New”: allthingsnew.archstl.org.

Sin embargo, debajo de la emoción y el temor, hay una sensación de paz. La iniciativa pastoral no es fácil. Sin embargo, pienso que estamos haciendo lo correcto, en el momento correcto, y de la forma correcta.

Nuestros procesos de planificación implican varias dimensiones: evangelización, administración, oración y hospitalidad. El primer paso se centrará en escuchar: escucharnos los unos a los otros y escuchar al Señor. Tenemos que hacer una reorganización, pero si la vamos a hacer bien tiene que estar arraigada en la oración, y tenemos que hacerla juntos.

Esta semana celebramos la Fiesta de la Presentación (el 2 de febrero), que conmemora la presentación de Jesús en el Templo, poco tiempo después de su nacimiento. Ese día hay una opción, todavía observada en algunos lugares, de realizar una procesión con velas encendidas en Misa. La procesión de luz pretende ser una repetición simbólica del viaje de María. Jesús es la luz del mundo. María llevó la luz en procesión al Templo para celebrar una ocasión tan solemne. Luego llevó la procesión de luz de regreso a Nazaret, a las tareas mundanas de la vida cotidiana.

Nosotros debemos imitar ambas partes de ese viaje. Sin embargo, ¿cómo transformamos la realidad simbólica de la procesión de luz, a una realidad practica? Las lecturas de la semana nos dan algunas buenas ideas.

La primera viene del episodio de la sanación del geraseno endemoniado en Marcos 5. El episodio termina diciendo, “Entonces el hombre salió y comenzó a proclamar en Decápolis (su región natal) lo que Jesús había hecho por él”.

¡Esa es una procesión de luz! Jesús ha hecho muchas cosas por cada uno de nosotros. Podemos llevar esa luz en procesión a la solemne ocasión de la Misa, lo que es importante, pero de la misma forma también necesitamos llevar la procesión de luz de vuelta a nuestra vida cotidiana. No necesita ser llamativa. ¡Nazaret no era llamativa! Cuando le decimos a la gente lo que Jesús ha hecho por nosotros, llevamos Su luz a la oscuridad del mundo. ¡El mundo necesita esa luz!

La segunda viene de las lecturas acerca de David de toda esta semana, finalizando con un resumen de su vida. Una de las lecciones que aprendemos de la vida de David es que la luz de la gracia de Dios está presente no solamente en los momentos importantes de nuestras vidas. David fue un gran rey guerrero; ¡él también fue un gran pecador! Sin embargo, David recibió la misericordia de Dios precisamente en los lugares en los que pecó, y él dijo haber recibido esa misericordia.

¡Esa es una procesión de luz! Muchas personas creen que Dios los bendice solamente en sus fortalezas; se les hace difícil creer que Dios también tiene misericordia de ellos en sus debilidades. Ese es un lugar donde el mundo necesita ver nuestra procesión de luz. Cuando le decimos a la gente que Jesús ha sido misericordioso con nuestras debilidades, llevamos Su luz a la oscuridad del mundo. ¡El mundo necesita esa luz!

A medida que lanzamos el sitio web All Things New e intensificamos el proceso de planificación pastoral en los próximos meses, la Fiesta de la Presentación puede ser la luz que nos guíe. Cualquier reorganización que pensemos hacer, debe mantener su mirada puesta en esa tarea: ayudarnos a llevar la luz de Jesús a la oscuridad del mundo.