¡Qué alineación de santos tenemos esta semana!

Celebramos la fiesta de San Vicente de Paúl el 27 de septiembre, uno de los grandes santos patronos de las obras de caridad. (También es uno de los santos patronos de esta arquidiócesis: la capilla de la Curia lleva su nombre en su honor, ¡el seminario fue dirigido y atendido durante más de 170 años por vicentinos!)

Celebramos la fiesta de San Wenceslao el 28 de septiembre, también conocido como un gran gobernante cristiano.

Celebramos la fiesta de San Jerónimo el 30 de septiembre, uno de los grandes estudiosos de las Escrituras de la Iglesia.

Celebramos la fiesta de Santa Teresa de Lisieux el 1 de octubre, una de las grandes santas patronas de la oración.

Caridad (San Vicente), implementación de la fe cristiana en la política (San Wenceslao), estudio bíblico (San Jerónimo) y oración (Santa Teresa): ¡suena como el modelo de una vida parroquial vibrante!

Hay tres lecciones que me gustaría considerar de los santos que celebramos esta semana.

En primer lugar, en relación con la diversidad.

El mundo presenta la diversidad como un valor absoluto: “toda diversidad es buena”. La Iglesia, sin embargo, piensa en la diversidad en relación con el Cuerpo de Cristo. Hay una diversidad que está enraizada en el Cuerpo de Cristo, y contribuye al crecimiento del Cuerpo de Cristo. Esa es la diversidad que vemos en los santos de esta semana. Pero también hay una diversidad de pecado en el mundo, una diversidad que nos separa del Cuerpo de Cristo. ¡Solo tenemos que ver las noticias para ver este tipo de diversidad! Los santos de esta semana nos desafían a pensar en la diversidad de una manera más profunda.

Segundo, en relación con el sufrimiento.

Estamos leyendo el libro de Job toda la semana, y Job representa todo el sufrimiento de la humanidad. ¿Qué se necesita para afrontar ese sufrimiento? Caridad. Políticas que reflejen los valores cristianos. Una relación más profunda con la Biblia. Oración. ¡Precisamente las cosas que vemos en los santos de esta semana! Estos santos proporcionan una plantilla para responder a las necesidades del mundo, especialmente al sufrimiento del mundo.

Finalmente, en relación con Todo lo Hago Nuevo (All Things New).

A medida que empezamos a considerar los cambios en nuestras parroquias y escuelas, podemos hacernos esta pregunta: ¿podemos fomentar ese tipo de diversidad por el bien de la misión, el tipo de diversidad que vemos en los santos? Si nos hacemos esa pregunta, en lugar de simplemente “¿podemos mantener este edificio abierto?”, entonces haremos una pregunta más fructífera para guiar nuestro cambio.