Entramos a mayo esta semana.

El 1ro de mayo celebramos la fiesta de San José Obrero. Además del hecho de que es un nuevo mes, hay otros tres tipos de “novedad” asociados con esta fiesta.

Primero, José está asociado con una nueva intervención de Dios en la historia de la salvación: la Encarnación.

Segundo, José y María traen un nuevo tipo de matrimonio y un nuevo tipo de fecundidad a la historia del pueblo de Dios. San Juan Pablo II señaló esto en sus audiencias de Teología del Cuerpo cuando dijo: “El matrimonio de María con José (en el que la Iglesia honra a José como esposo de María y a María como su esposa) oculta en sí y al mismo tiempo, el misterio de la comunión perfecta de las personas, del hombre y la mujer en la alianza conyugal, y al mismo tiempo el misterio de esta particular “continencia para el reino de los cielos”: una continencia que sirvió a la más perfecta “fecundidad del Espíritu Santo” en la historia de la salvación. De hecho, fue de alguna manera la plenitud absoluta de esa fecundidad espiritual, porque precisamente en las condiciones nazarenas de la alianza de María y José en el matrimonio y la continencia, se realizó el don de la Encarnación del Verbo Eterno” (Teología del Cuerpo, 75.3).

Tercero, porque la fiesta de San José Obrero era una nueva fiesta en la Iglesia. Fue instituido en 1955 por el Papa San Pío XII para proporcionar una alternativa a las celebraciones comunistas del “Primero de Mayo”. ¡La novedad abunda en el fondo de este día de fiesta!

Esta semana las lecturas también resaltan cosas nuevas. Por ejemplo, escuchamos acerca de la entrada de los gentiles, en el pueblo de Dios. ¡Eso era nuevo e inesperado en la Iglesia antigua! También escuchamos cómo, en Antioquía, el nuevo nombre de “cristianos” se usó por primera vez para describir a los discípulos. ¡La novedad abunda en las lecturas de esta semana!

El 2 de mayo, celebramos la fiesta de San Atanasio. Atanasio fue el gran defensor de un nuevo término en la historia de la Iglesia, uno que se encuentra en el corazón del Credo. El término en griego era “homo-ousios”. Estamos más familiarizados con el equivalente, consustancial. Este término fue crucial para responder al error del arrianismo, que sostenía que Jesús no era verdaderamente divino. Si Jesús no era verdaderamente divino, ¡eso significaría que Él realmente no podría ser el salvador! Así que se podría decir que este nuevo término fue muy importante para nuestra fe.

Dondequiera que vayamos esta semana abunda la novedad: un nuevo mes; días festivos para los cuales la “novedad” está en el fondo; lecturas que enfatizan cosas nuevas en la Iglesia antigua.

Y todo eso está en mi mente porque, a fin de mes, anunciaré dos cosas nuevas.

Primero está el plan parroquial para Todas las cosas nuevas. Eso, quizás, es lo principal en lo que la gente está enfocada. Pero igual de importante, en mi mente, voy a tener algunas cosas que decir sobre lo que creo que una nueva evangelización podría significar para nuestras parroquias. Para ser claros: no voy a establecer un programa completo, un kit de “cómo hacer” con instrucciones completas. Pero sí quiero iniciar la conversación de una manera sustancial porque esta, la nueva evangelización, es a lo que la reestructuración parroquial debe servir.

Al empezar el mes con un enfoque en cosas nuevas, espero compartir cosas nuevas con ustedes al final del mes también.