Bueno, hemos comenzado las sesiones de escucha parroquial de Todo lo Hago Nuevo (All Things New). También, esta semana estamos iniciar una serie de lecturas de la Carta de San Pablo a los Efesios. Es un momento providencial. Efesios es la gran carta de San Pablo sobre la Iglesia, y tiene un enfoque especial en dos cosas: la unidad de la Iglesia y la misión de la Iglesia.

Esto me hace pensar en dos cosas: escuchar y faros.

Escuchar

Este momento, en el que estamos en el proceso de Todo lo Hago Nuevo, requiere un tipo profundo de escucha.

Primero, necesitamos involucrarnos en una escucha profunda de unos a otros. Necesitamos ser capaces de escuchar no solo lo que la gente está diciendo, sino al corazón que está hablando a través de sus palabras. (Como todos sabemos, a veces nuestras palabras dicen exactamente lo que hay en nuestros corazones, ¡y a veces nuestras palabras representan nuestros corazones de manera muy imperfecta!) Sólo podemos fomentar la unidad de la que san Pablo habla en Efesios, y que necesitamos en este momento, si escuchamos profundamente los corazones de los demás.

Segundo, necesitamos involucrarnos en un estilo evangélico de escuchar al mundo. Es una frase intrigante, ¿no? “un estilo evangélico de escucha” El nuevo Programa para la Formación Sacerdotal dice que los seminaristas necesitan desarrollar esto para convertirse en buenos sacerdotes. ¿Qué significa? Creo que significa dos cosas: ser capaz de escuchar dónde Dios ya está obrando en la vida de alguien, y ser capaz de escuchar dónde Dios está queriendo más para la vida de una persona. Cuando escuchamos de tal manera que podemos escuchar ambas cosas, estamos listos para proclamar las Buenas Noticias como un consuelo y un desafío para las personas.

¡Creo que todos podríamos crecer en ese tipo de escucha! Sólo podemos fomentar el tipo de misión de la que habla San Pablo en Efesios, y que la Iglesia necesita en este momento, si aprendemos un estilo evangélico de escuchar al mundo.

Faros

Como algunos de ustedes saben, vengo de la costa este. Y los habitantes de la costa este pueden decirle que toda la costa, desde Florida hasta Maine, está salpicada de faros históricos y hermosos.

Estoy pensando en ellos esta semana porque, en la Oficina de Lecturas de la Iglesia, San Columbano habla de pedirle a Jesús que encienda nuestras linternas, y San Máximo el Confesor dice que Jesús mismo es la lámpara colocada en un candelero para que todos la vean.

¿Qué significa cuando decimos que uno de los objetivos de Todo lo Hago Nuevo (All Things New) es tener una presencia católica en cada milla cuadrada de la arquidiócesis? Creo que sería bueno pensar en nuestras parroquias de la misma manera que pensamos en los faros. No es necesario tener un faro en cada milla cuadrada, porque un faro puede enviar su rayo de luz alrededor de 10-15 millas (dependiendo de su altura).

Si pensamos en nuestras parroquias como faros, y si pensamos en cada uno de nosotros como llevando la luz de Cristo a nuestros vecindarios y lugares de trabajo, obtenemos una imagen diferente de lo que podría significar tener una presencia católica que cubra cada milla cuadrada de la arquidiócesis.

Estos son días importantes para la unidad y la misión de la Iglesia en la Arquidiócesis de San Luis. Pidámosle a Jesús que nos dé el don de escuchar, y el don de la luz.