“Estoy completamente atrapado.”
Estas palabras son parte
de un tema común de las lecturas de esta semana. Los personajes están
atrapados en lo que parecen situaciones imposibles. Entonces Dios
realiza sus milagros de forma creativa e inesperada. Es un buen adelanto
de la Semana Santa.
Susana quedó atrapada por dos jueces
malvados. Si ella cumplía con su solicitud pecaminosa sería condenada
por las leyes de Dios y por su propia conciencia. Si se rehusaba sería
condenada a muerte
por los hombres. Estaba completamente acorralada.
A
algunos de nosotros nos hubiera gustado que Dios fulminara a esos
jueces y los dejara muertos, o que sacara en forma mágica a Susana y la
pusiera a salvo. Sin embargo, Dios hace algo más creativo: Él despierta
el espíritu de un joven que, a través del propio testimonio de los
jueces malvados, los atrapa en sus mentiras. Susana, quien permaneció
fiel a Dios, fue salvada.
Sadrac, Mesac y Abednego fueron
atrapados por un rey pagano, que les ordenó adorar a una estatua de oro.
Si cumplían con su solicitud serían condenados por las leyes de Dios y
por sus propias conciencias. Si no cumplían lo que les pedía los
arrojaría al horno ardiente.
Ellos estaban completamente atrapados.
Nos
hubiera gustado ver a Dios fulminar al rey, o destruir la estatua de
oro, o liberarlos y llevarlos a un lugar seguro. Sin embargo, Dios hace
algo más creativo: Los deja entrar al horno ardiente, pero envía a su
ángel para protegerlos de manera que el fuego no los queme. Sadrac,
Mesac y Abednego, quienes permanecieron fieles a Dios, fueron salvados.
De
la misma manera, esta semana y la semana próxima, Jesús es atrapado por
los líderes judíos. Si les dice que no es el Hijo de Dios, y no cumple
con la tarea que el Padre le dio, traicionaría su misión. Si les dice
que Él es el Hijo de Dios, y cumple con la tarea que el Padre le
encomendó, los líderes lo crucificarán. Jesús está completamente
atrapado.
A muchos de nosotros nos gustaría que el Padre bajase
como un trueno y les enseñara una lección a los líderes. A otros nos
hubiese gustado que el Padre tomara a Jesús y lo llevara al cielo para
ponerlo fuera de peligro, pero el Padre realiza el supremo acto de
creatividad y poder. Él no salva a Jesús de la cruz. En lugar de eso Él
lo salva — y a nosotros también — a través de la cruz. Jesús, que
permaneció fiel al Padre, es resucitado de entre los muertos.
Debemos
recordar este patrón. La próxima vez que cualquiera de nosotros — o
todos nosotros juntos — enfrentemos una situación que parece imposible,
en la que nos sentimos completamente atrapados, debemos permanecer
fieles a Dios y confiar en su creatividad y en su mano salvadora.
Dios
siempre salva a aquellos que le son fieles, pero lo hace de diferentes
maneras. A veces los salva de las dificultades; a veces Él los salva a
través de las dificultades.
La historia de la salvación está llena
de los actos creativos de Dios. A medida que nos preparamos para la
Semana Santa, reflexionemos sobre la creatividad y el poder salvador de
Dios. Aprendamos a confiar en Él más profundamente en cualquier momento
en el que nos sintamos atrapados. Entonces veremos a Dios ejercer su
creatividad en nuestras vidas.